
Menopausia: portal hacia tu verdadero ser
Mar 17, 2025
Hoy quiero compartirte una reflexión sobre las diferentes formas de ver y vivir situaciones de la vida, en este caso hablaré sobre la menopausia para no variar.
Me gusta seguir cuentas de compañeras que difunden conocimientos y visibilizan la menopausia, y a menudo me sorprendo por los diversos enfoques que dan a esta experiencia vital.
Estoy totalmente de acuerdo en que es fundamental mostrar cómo en esta etapa todo nuestro ser y circunstancias se transforman radicalmente. Sería importante que las estructuras sociales, económicas, laborales y sanitarias nos apoyaran para atravesarla mejor. No es comparable vivir sin síntomas significativos a experimentar insomnio, niebla mental, sofocos intensos, taquicardias o nerviosismo incontrolable... mientras intentamos mantener nuestra vida social, laboral y familiar.
Estas cuentas que sigo reclaman esta visibilidad porque históricamente las mujeres han vivido la menopausia en silencio, ocultándola e intentando aparentar que nada sucedía, esforzándose por permanecer en una eterna juventud.
Y celebro esta visibilidad, pues permite mayor apoyo para quienes atravesamos esta metamorfosis.
Sin embargo, echo en falta algo fundamental que intento transmitir en mi trabajo.
Al observar estos contenidos me pregunto: si fuera una mujer joven, ¿qué impresión me darían? Probablemente pensaría que la menopausia es una enfermedad llena de limitaciones.
Pero desde mi experiencia personal y acompañando a otras mujeres, he confirmado que esta etapa puede ser increíble. Sus beneficios emergen cuando cambiamos nuestra mentalidad y perspectiva.
Naturalmente existen síntomas porque nuestro organismo se transforma completamente. Se activa un código ancestral femenino en esta fase, similar a una oruga desprendiéndose de su capullo. Este proceso conlleva incomodidades, pero constituye un fascinante viaje de crecimiento personal.
Veo un potencial extraordinario en la vivencia menopáusica y lamento que el discurso predominante se centre solo en síntomas por tratar, ya sea con medicina convencional o alternativa.
He descubierto algo que podría sonar fantasioso, pero refleja mi percepción profunda.
Durante la adolescencia, desde la primera menstruación, paulatinamente nos convertimos en mujeres al servicio del mundo. Se activa nuestro código natural de procreación, nutrición y sostenimiento. Hormonal y cerebralmente nos orientamos hacia los demás. Cuando llega la menopausia, esa programación se desactiva y recuperamos nuestra esencia previa a la adolescencia.
Suena radical, ¿verdad? Me encantaría que respondieras compartiendo tu visión, pues valoro enormemente las perspectivas de otras mujeres.
Obviamente no regresamos a la niñez, pues tenemos cuerpos diferentes y toda una trayectoria vital, pero muchas cualidades de nuestra infancia despiertan nuevamente. La energía vuelve a dirigirse hacia nosotras mismas: hacia el juego, los sueños, las pasiones, la autenticidad, nuestra faceta salvaje, el rechazar radicalmente lo que nos hace sentir incómodas y lanzarnos de cabeza hacia lo que nos da placer.
Para mí, la menopausia no significa dejar de ser yo para convertirme en una versión deteriorada, como sugiere la sociedad.
La menopausia representa el umbral para regresar a mi verdadero ser en todo su esplendor.
¿Qué opinas?
A mí me fascina esta perspectiva.
Las lecciones que mis síntomas me han brindado me han guiado precisamente hacia este lugar. No niego la dureza del trayecto, pero ¡era inevitable! Las mujeres nos hemos alejado tanto de nuestro camino auténtico que la menopausia nos conecta con el necesario dolor de liberar apegos que nos enfermaban.
Mi misión es transmitir que la menopausia es maravillosa y nos devuelve a nuestra esencia más genuina.
He creado un CLUB para mujeres maduras donde exploramos juntas esta transformación. Un espacio para compartir herramientas, vivencias y celebrar esta etapa como el regalo que verdaderamente es.